¿Saben como le dicen a un maestro en japón? 土方 (Dogata).
He acá la descripción de la palabra según Kotobank: dícese de los hombres que hacen trabajos viales, de embalses, pónticos, terraformistas, de desmontaje, recaudación marina, o pluviales, por medio del concreto, de la madera, metales, o piedras. Osea lo que acá llamamos maestros, pero de la tierra. Prefiero el vocablo nipón, ya que maestro requiere más detalles para referir correctamente al tipo de maestro del que se está hablando. Dogata literalmente es "Persona de la tierra", porque trabaja la cara de la tierra.
Este rubro me parece interesante, ya que antes para levantar un puente, era necesario una autoridad mediadora entre lo invisible y lo visible. Ya que no es normal poder caminar para cruzar un río, lo normal sería nadar al otro lado. Y creo que el Dogata, el Maestro, en cierto sentido hace una imitación gloriosa del Creador celeste, al hacerse un creador terreno.
El laburo existe por las maldiciones que Dios impuso sobre el genero humano, pero cuando un maestro se pone a trabajar, por un momento está retomando su propósito original, está siendo un espejo de Dios. Ya que la grandiosidad del Señor no puede ser interpretada por una sola criatura, sino por un orden jerárquico de creaciones. El Maestro se corresponde a la fase divina de Creador.
¿Qué busco decir con esto? Pues nada. Pensé ahora recién en cómo traducir el título de Pontifex Máximus. Si recordamos la entrada en el 'Triunfo Romano' les mencioné que Julio César fue un imperator, lo que también fue era Pontifex. Como tal, se encargaba de la vida ritualística de Roma. Hay que agradecer el colegio de pontífices al indígena Sabino, Numa Pompilio. A éste me gustaría imaginarlo bajo el lente neoclasicista, donde explicamos a las deidades y mitos como simples alegorías que explican en términos humanos cosas de alta educación. A Numa yo lo veo como un hombre que busca el orden y la racionalización, según Plutarco, vivió una vida de disciplina donde se mudó de todo lujo.
Las tareas del pontifex que Numa instituyó fueron: La expiación, la consagración, la regulación del calendario, la administración de la ley concerniente a los ritos fúnebres y las necrópolis, superintendencia de los matrimonios, administración de la ley concerniente a la adopción y sucesión testamentaria, regulación de las morales públicas y el castigo de sus transgresores, la selección de las vírgenes vestales.
Uno puede extraer paralelos bíblicos de cada uno de estos puntos. Fue un dador de leyes y castigos. Realmente fue un pequeño Moisés para la ciudad, un Lepto-Moisés. Plutarco dice que Numa era tenido como un hombre que entendía más y mejor las cosas, y ese es claramente el caso. Luego los supersticiosos romanos le adjudicaban sostener conversaciones con deidades, mejor para Numa, así al menos ese conflictivo pueblo sería más propenso a escuchar las amonestaciones de un sabio. Con tal de amenar la dañina personalidad romana y establecer un precedente de orden.
Numa es realmente el primer rey legítimo de Roma. Rómulo era más bien un caudillo abrasivo que contendía por un sueño megalómano, y no fue predilecto por Dios para hacer lo tal, por eso es obvio que fue asesinado. Comparémoslo con otro conquistador, Alejandro el Macedonio. Veo acá que lo crucial es el ideal detrás de la conquista. Alejandro quería que todo el mundo fuese una sola nación, y él ser el primero. Pero Rómulo y los suyos, ellos querían devorar al resto, suprimir y no conectar, nacieron los romanos como una raza conflictiva, producto de la mentalidad de Rómulo, quien fue tan agresivo como para no dudar en matar a su hermano Remo por cruzar el Pomerium. En ese instante Rómulo amó más a su proyecto de urbe que la vida de su congénere, una ciudad que no tenía nada siquiera, que era una linea dibujada en el piso, por una linea en el mapa derramó sangre. He ahí el microcosmos de toda la historia romana.
Mientras que, ¿cuál era el Pomerium del pontifex? No era una linea en el mapa, eran sus comentarios y los diarios públicos, los Annales Maximi, que él mantenía, y quienes entran lo pueden hacer para gloria o para infamia.
Y entre los escritos de Numa, había unos los cuales fueron quemados en el senado, creo que no queda duda alguna que habrán sido la confesión de Numa sobre la falsedad de los ritos que levantó para controlar a los belicosos romanos. No podemos culparle, fue un gentil virtuoso que bajo otras circunstancias pudo haber trabajado para emanciparse de los romanos. En cuyo caso pudo haberse hecho incluso más virtuoso, al comprender el concepto aristotélico del 'Primer Motor Inmóvil', igual y era familiar al concepto, si creemos que era un pitagórico secreto.
Vemos entonces que fue el primer y último rey que presidió justicia sobre los romanos, después de él volverían a sus guerras. Ya luego con la llegada del respublicanismo terminó el experimento de Numa, en ese momento el senado se elevó a sí mismo desde la categoría de vasallo a la de soberano. Un gravísimo error.
Todo esto que mencioné de Numa es lo que un Maestro puede llegar a ser, un arquetipo que busca crear el orden del caos, siguiendo un precepto celestial. El arquetipo del Dogata. Que para mi, no es un imperator, no es un rey, es un verdadero creador a imagen y semejanza del Altísimo. Cuyo acto creativo está inspirado por la mano de la Providencia.
Como dice san Gregorio Magno, el hombre humilde no se atreve a reconocer en sí mismo la potestad de reinar. Ésto mismo hizo Numa, como nos cuenta Plutarco:
...Era obra, según se vio, de muchas más palabras y ruegos el persuadirle,
y el inclinar a un hombre acostumbrado a vivir en paz y sosiego a que
aceptase el mando de una ciudad que se podía decir había nacido
acrecentándose con la guerra.
Y luego las palabras del mismo fueron tal que así:
Cada cambio en la vida de un hombre es peligroso; y cuando un hombre no necesita nada necesario, y no tiene motivos para estar insatisfecho con su suerte, es una locura que cambie sus hábitos y forma de vida; porque estos , en cualquier caso, tienen la ventaja de la seguridad, mientras que en el nuevo estado todo es incierto.
...Mientras nací de padres mortales, y fui criado por gente que todos vosotros conocéis: incluso los puntos que alabais en mi carácter están lejos de los que hacen a un buen rey, siendo el amor al ocio y a la especulación inútil, y también una gran afición por la paz y las cosas no bélicas, y por los hombres que se reúnen para la gloria de los dioses o para conversar alegremente unos con otros, y que en otras ocasiones aran sus campos y alimentan su ganado en casa.
Pero a vosotros, los romanos, es muy probable que Rómulo os haya dejado muchas guerras en las manos, para cuya conducción el estado requiere un guerrero vigoroso en la flor de la vida. El pueblo también, por sus éxitos, está acostumbrado y ansioso por la guerra, y se sabe que anhela nuevas conquistas y posesiones; por lo que se burlarán de mí cuando les dijera que honren a los dioses y actuaran con justicia, y si tratara de infundir el odio a las guerras y a la fuerza bruta en una ciudad que quiere un general más que un rey.
Le dio al clavo aquí, y creo que esto es la esencia de éste arquetipo que les vengo a analizar, la del Dogata. No busca ser rey sobre las gentes, sino señor sobre el campo, primero el campo del corazón humano y después el campo de tierra.
