domingo, 5 de marzo de 2023

Diario 28

 Espero tocar algo de pasto el día de hoy, ayer no pude. Ya es de tarde y no he comido nada todavía.


Es tarde, y no he comido, como no hemos servido nada no he comido. Así que me serviré yo mismo. Una latita de atún, un par de tomates (el mejor fruto), y... no sé, nunca me he preocupado de qué comer, tengo fe de que Dios siempre me dará comida y me la quitará cuando no la necesite. Bueno, ya después de comer les digo.

Después de comer:
Que ahora que lo veo, que vergüenza haber mandado ese correo con datos misceláneos al productor de contenido que les mencioné. Porque más tarde me dí cuenta de que no pega para nada con el tipo de contenido que sube. Debí haber parecido un idiota.

Y mientras tenía esta pestaña abierta y escribía ya se ocultó el sol. Me ocupé con tonterías. Bueno, era Domingo, supongo que puedo aprovechar el día de descanso.

Pido a Dios que me deje ir a ver al Mons. Pío. Es un viaje largo, no tenemos para un mísero pasaje, me he sentido pobre toda la vida. Me sentido triste toda la vida. No recuerdo cuando fue la última vez que fui feliz... ah, sí recuerdo, hoy en la tarde cuando me comí un queque. Por cierto, no comí tomate, sino queque.

Vamos a pedir un tomate, y después, pues nada, sólo nos queda esperar esta semana a ver lo que dice la autoridad, espero que la Providencia quiera que marche, pomporruta imperial yo. 

Personalmente, me gustaría que Dios nos dijese qué hacer exactamente, que la Virgencita me diga qué hacer, citando a Plutarco:
 
Y no va fuera de razón que si Dios es amante del hombre, y no de los caballos o de las aves, se complazca en distinguir con su trato a los hombres que sobresalgan en bondad, y que no desdeñe ni crea le está mal la comunicación con un hombre de una virtud y talento divinos.

Igual y ni siquiera termino yendo, lo cual sería triste, pero no podemos comprender los designios de la Providencia a primera vista. Con fe camino en esperanza de que lo que sea que Dios quiera es para ser yo mejor cristiano.