viernes, 7 de julio de 2023

Cor Deus.

Definitivamente, moriré solo-.💀💀

Pero no se confundan, déjenme ir explicando mi razón por la que decir esto. Llegué a esta idea mientras leía a Plineando, así que partamos por la entrada que leí, titulada  ABRAZADERA, en ella dice:

El batallador contrarrevolucionario puesto en el orden temporal lucha contra el demonio y al luchar contra el demonio va explicitando un ideal cada vez más elevado y tiene una finalidad continuamente sobrenatural en esta batalla.

En efecto, me recuerda esto a lo que Nuestro Señor le reveló a santa Bridget de Suecia, explicando que se necesita conocer el vicio para conocer mejor la virtud. Razón que yo encuentro es por la cual los pontífices romanos iban con el paso del tiempo marcando los límites de la tradición. Ya que se necesitaba primero de la existencia de una elección en contra de la ortodoxia para así poder conocer la heterodoxia.

La clave acá es: Entre más delimito mi camino a la santidad, me vuelvo cada vez más exigente conmigo mismo.

Continúa Plineando:
Es más, así como hay una escuela de ser católico en función del orden temporal, hay también una escuela de como pertenecer al orden temporal con los ojos puestos en la Iglesia. Lo que aquí se afirma es el principio de que un orden temporal digno de ser vivido, es un orden temporal en el que el hombre es más que nada profundamente contemplativo sobre las cosas temporales con las que se encuentra. 

Aquí me acuerdo de lo que me dijo el Mons. Espina, después de mandarle mis preocupaciones actuales del estado de la iglesia, me dijo: "..si Dios quiere que venga una época de esplendor, bendito sea, sino, bendito sea lo mismo, usted tiene que ser santo, y eso es todo.." Y ese es el caso aquí también.

Todos los ejercicios espirituales que he visto (les admito que no son muchos) de la mano de los santos, todos apuntan a la misma idea, la verdad de lo que Dios quiere. 

Lo que Dios quiere es un pueblo, punto y final. Uno fiel, que lo ame de la misma forma que Él los ama. Un pueblo que no está constituido en líneas raciales, ni líneas imaginarias en la tierra. Sino que un pueblo universal(católico) al que todos tienen la capacidad de acceder (mas son poquísimos los que lo hacen).

Pensé lo siguiente: Que ser el mejor de mi comunidad no es suficiente, porque en el reino de los ciegos el hombre tuerto es rey; quiero yo buscar la cúspide de qué tan santo puedo ser; en cualquiera de los posibles futuros que nos deparan, quiero la santidad. 

Leamos lo que dice el blogista a continuación:
Y que las cosas temporales no existen, principalmente, para su finalidad temporal, sino que existen, sobre todo, porque todas contienen principios de orden, que son comunes también a la esfera espiritual, y contienen realidades que son analogías de las realidades espirituales.... Entonces, el hombre que vive dentro de la vida temporal, no está hecho para hacer y hacer, ni para ganar y ganar, sino que está hecho sobre todo para acompañar las cosas como el Evangelio decía de Nuestra Señora: guardar esas cosas y conferirlas en su corazón. Corazón quiere decir en la cogitación, en su mente. Debe ser profundamente contemplativo, principalmente contemplativo y que por eso pasa de lo temporal a lo espiritual fácilmente y vuela en los cielos de la espiritualidad.

Finalmente, el blogista continúa lo que yo mismo escribí en la entrada anterior. El corazón del hombre debe ser el lugar de descanso para Dios. 

La presencia de Dios en el corazón calma cualquier miedo, apacigua las aguas de la gente. Cito a Mons. Espina: "..Tenemos que tener más confianza en Dios y trabajar en acrecentar su Amor en nuestras almas, un amor efectivo, no sentimental..." Decía él esto por verme yo turbado por el futuro de la iglesia y de los fieles. Y ahora es que realmente me entero de la totalidad de su mensaje.

Esto es el tipo de amor que san Alfonso decía, no las cursilerías que uno comúnmente imagina al encontrarse con el tipo de retórica que pedalea el 'amor de Dios', muchas veces salido de la boca de los protestantes. 

Y, como dice Mons. Espina "...no buscar los consuelos de Dios sino al Dios de los consuelos..." Lo que es igualmente, aunque no haya recompensa o castigo, yo igualmente amaría a Dios, precisamente porque es Dios, es Él, El que Es, El que hace hacer las cosas, El que inspira la creación.

Y entendiendo ahora, después de ver la apologética de san Claudio en pos de dejar a la Divina Providencia trabajar, lo que continúa diciendo el Monseñor: "...conformarnos con su Santa Voluntad, que es lo mejor para nosotros y el mundo." 

En efecto, comprendo que la eliminación de la voluntad de uno es imposible, mas la completa abnegación constante de la misma SÍ es posible. Si la conformidad de uno fuese extrema, entonces nos permitiría la más serena paz en ésta vida, y luego en la siguiente. Citando al santo antes mencionado: "..el gozo del que tiene su voluntad sumisa a la voluntad de Dios es un gozo constante, inalterable, eterno. Ningún temor turba su felicidad, porque ningún accidente puede destruirla. Me lo represento como un hombre sentado sobre una roca en medio del océano; ve venir hacia él las olas más furiosas sin espantarse, le agrada verlas y contarlas a medida que llegan a romperse a sus pies; que el mar esté calmo o agitado, que el viento impulse las olas de un lado o del otro, sigue inalterable porque el lugar donde se encuentra es firme e inquebrantable. De ahí nace esa paz, esta calma, ese rostro siempre sereno, ese humor siempre igual que advertimos en los verdaderos servidores de Dios."

Con todo esto, sé también cuál es la mayor abnegación que puedo hacer, la negación de una vida secular. Cito a san Clemente (Primera Epístola en la virginidad, Cap. 7):
"Por tanto, los que imitan a Cristo, imítenlo con sinceridad. Porque los que se han 'revestido de Cristo' (Rom 13:14) en verdad, expresan su semejanza en sus pensamientos, y en toda su vida, y en toda su conducta: en palabra, y en obras, y en paciencia, y en fortaleza, y en ciencia, y en castidad, y en longanimidad, y en corazón puro, y en fe, y en esperanza, y en pleno y perfecto amor para con Dios. Ninguna virgen, pues, que no sea en todo como Cristo, y como los que 'son Cristo' (Gal 5:24), puede salvarse. Porque toda virgen que está en Dios es santa en su cuerpo y en su espíritu, y es constante en el servicio de su Señor, sin apartarse de Él para nada, sino esperándole siempre en pureza y santidad en el Espíritu de Dios, estando solícita en cómo puede agradar a su Señor (1 Cor. 7:32), viviendo puramente y sin mancha, y solícita en ser agradable delante de Él en todas las cosas. La que es así no se aparta de nuestro Señor, sino que en espíritu está siempre con su Señor: como está escrito: Sed santos, como yo soy santo, dice el Señor".

La respuesta es simple: Debo, si quiero continuar todavía más alto en el camino de la santidad, escuchando mejor las inspiraciones de Dios al corazón, ejercitando las virtudes cristianas todavía mejor. Tendría yo que hacer voto de virginidad.

Cuando dije entonces, que moriré solo, significa que moriré sin ninguna compañía mujeril. Pero ciertamente no que estaré desamparado, porque dentro de mi Cor estará Deus. Hoy y siempre, y por los siglos de los siglos. Así sea.