viernes, 3 de febrero de 2023

Se busca persona extraviada.

Micro-cuento escrito por mi, de carácter didáctico, aplique entendimiento.

 

Mírenlo, al pobre. No disfruta de ninguna música, no come nada rico, no descansa cómodamente, no duerme lo suficiente. Si le decimos algo se queja, si lo invitamos a nuestras congregaciones nos insulta. Si le hablamos nos ignora. Está sólo todo el tiempo, no juega con nada. Se trata como un esclavo, dice que Dios es su rey y no su hermano. No quiere estar cerca de nadie. Solo llora y nunca ríe. Sólo está ocupando espacio. No hace nada útil, no disfruta el exterior de ninguna forma. Odia la compañía ajena. 

Y nos dice que es feliz. Nos dice que así hay que vivir, cómo vamos a poder creerle, cuando lo vemos tan demacrado, tan muerto en todo, tan claramente desanimado, tan obviamente deprimido, tan fatalista en su pensamiento, tan sustraído de las cosas diarias. No podemos creer que su Dios es alguien que permita eso, ¿no quiere acaso su Dios que sea feliz? Pues es muy extraño para nosotros, no lo entendemos y no creo que lo entendamos nunca, ¿qué tenemos que hacer con éste y adónde lo llevamos?

Qué querrá mostrarnos, nosotros no captaremos. Cuando nos habla solo es para culparnos y amedrentarnos con palabras pesadas. Cuando le cuestionamos nos ataca físicamente, levanta su puño contra los que lo ofenden, no es alguien calmado cuando se le cuestiona su manera de pensar. No es feliz conversando y siempre se escapa al campo. Ahí tampoco es feliz, ahí sólo llora y muere de hambre. 

Alguien así, ¿es un santo? Si eso es un santo, pues estamos bien así como estamos. Porque nos da miedo ver las cosas que se hace, se pega y se tortura y se causa dolor. Se abstiene de todo y no le gusta hacer nada, sólo quiere morir, sólo quiere irse de éste mundo. Nosotros entendemos que el cielo es mejor que la tierra, pero porqué comportarse así no lo entendemos. Qué será de él no lo sabemos, ya se ha ido de nuestros lados y lo hemos perdido de vista.

A quien lo encuentre le diremos como se ve: es pálido, sólo lleva una túnica negra con cruces blancas y por debajo un hábito albo. Se cubre con una mascara y lleva siempre un rosario, no habla cuando le saludan y no come carne roja. Es muy callado pero cuando le hablas de algo que le interesa no deja de hablar.

Esperamos que deje de estar tan deprimido y pueda encontrar la paz que tanto ansía.