lunes, 30 de enero de 2023

Diario 3

 Día sexto, mediodía.

Ayer después de que escribí mi entrada del diario, me informaron que mi padre y mi hermana adoptaron un perro, sin consentimiento ni de mi madre ni de mi persona.

Yo nunca voy a querer otro perro, tuve un perro, murió el primer domingo de cuaresma del año pasado, y no voy a permitir que adoptemos otro, porque ese animal era fiel como un dominico, su pelaje era hasta blanco y negro como el hábito de ellos, su nombre era cola de tigre y era obedientísimo y manso, y es irreemplazable.

Ahora van a devolverlo, mi padre, él dio permiso, y ahora se hace el tonto dejando toda responsabilidad en los otros, nosotros los que no lo queríamos nos vienen a dar la obligación de mantenerlo, no, el pobre animal se va; mi padre, su historia de la biblia que más le gusta es la de José en Egipto, qué lástima que no es más bien como san José.

Como fuese, ayer durante mi vigilia pensé en cuánto odio las cosas mundanas, y pues entonces, ahora se me ocurrió que voy a hacer un ejercicio. Desde la fiesta de la Purificación de la Virgen tres semanas, terminando justo para la vigilia de san Matías Apóstol, no voy a comer carne, ni pan fresco, ni vino si se presentase la chance. Después de que se cumpla el número de días justo empieza la cuaresma por lo que voy a hacer una abstinencia de aquello que de lo que estoy abusando, primero el ajedrez que me consume la atención más de lo que quiero, segundo del entretenimiento mundano de la red. Después el 15 ahí partiré al seminario entonces lo terminaré allá.

Ahora les diré, que lo que yo quiero es concentrarme de lleno en cosas de una naturaleza más elevada. Mi deseo de fundar una orden no creo que pueda realizarse, pero será lo que Dios quiera. En definitiva la vida de un monje me es cada día más llamativa.

Y bueno, soy una persona más de gatos, veré si me dejan llevarme uno al seminario. hasta le tengo un nombre listo, Cósmico.