sábado, 28 de enero de 2023

50 áxiomas para Damián.

Yo discutí con un joven, y el me dijo que quería algo por lo que valga la pena morir, le dije que la fe católica es eso mismo. A él le escribí este pequeño tratado como un libro, con 50 puntos para que se mantuviera firme en la fe.

 

Prólogo

Damian, amigo mío, tu idea de que después de la muerte no hay nada me parece triste y peligrosa (espero haber escuchado mal), y trataré de convencerte de que cambies esta vil idea por un mejor y bello pensamiento. Ya que el comportamiento de uno es dictado por lo que uno cree, si tu creencia es que nada es, pues entonces tu manera de ser resultará afectada de forma negativa. Otras personas que tampoco creen (o más bien no quieren, ya que les es inconveniente) son los comunistas, ellos no quieren que haya ni Dios ni nada, ya que ningún mandamiento bíblico les es propicio, porque reniegan de todo lo bueno. El Cristianismo nos dio gente como Isaac Newton, el ateísmo nos dio gente como karl marx. Creo que puedes saber quienes son sin que te lo diga.

El mundo moderno (y en específico el mundo hispano del que tú y yo somos descendientes), es un mundo que existe gracias al Cristianismo. En verdad, ni tú ni yo estaríamos vivos de no ser por ésta fe. De no ser por un tal Don Pelagio, un pequeño rey católico de la península ibérica, no existiría España y por lo tanto ni tú ni yo habríamos nacido, ni mucho menos sería el castellano uno de los idiomas más hablados y nuestra lengua.

Si piensas que hubo una conquista por medio de la espada en éste continente, te equivocas. Es gracias a los misioneros católicos que siquiera se conservaron idiomas nativos, la corona hispana legisló para la protección indígena múltiples veces (pero eso es otra historia). Realmente ese comportamiento es único, ningún otro poder imperial fue tan benevolente como el imperio de los reyes católicos, te invito a investigar las atrocidades sin precedentes que gran Bretaña, Francia, y los peores, los belgas, hicieron. Y sí, aunque en efecto hubieron barbaridades cometidas, no fue la fe católica la causa, lo contrarío, fue la fe la protección de los nativos, un misionero tenía que aprender el idioma nativo si quería hacer trabajo de conversiones, había casamientos entre nativos y peninsulares (algo que el resto de Europa veía de malísima manera) el mismo Charles Darwin en su exploración por nuestras tierras dijo que los indígenas mismos decían, después de la 'independencia': “nos trataban mejor cuando teníamos un rey”.

En efecto, puedes ver que la fe católica es la base de nuestra identidad cultural, y un bloque fundamental para nuestra sociedad, bloque el cual ha sido olvidado con el paso del tiempo, malos administradores (genuinos esbirros del diablo) han tratado de socavar(arrancar de raíz) de nuestra historia la fundación en la que descansa. Tú mismo eres capaz de ver y comprender ésto. Si supieras todas las atrocidades sin precedentes que nos han hecho vivir sin que el grueso de la gente se diese cuenta, te digo que jamás dormirías sin maldecir a los responsables y sólo pensarías en cómo traer justicia a éste mundo. Pero por tu salud mental, te digo que basta con que me creas, pero si tú quieres la verdad sin diluir te la daré toda, ya que aunque sea amarga a tu boca será dulce a tu estómago.

Empezando, estos son los temas que trataré:

  1. La existencia del bien supremo, la creencia en la justicia, y la retribución final.

  2. De porqué debes de buscar ser lo más perfecto que te es posible.

  3. La necesidad y dependencia de la religión

  4. Cómo la fe católica es la única puerta de entrada y la única religión verdadera.

  5. De porqué es crucial mantener y luchar por ésta fe, la verdad absoluta.

  6. Concejos generales para sobrellevar la vida moderna.

  7. Concejos para ser feliz.

Después de leer el primer capítulo, eres libre de saltar al capítulo que llame tu atención. Y Damian, tú me caes bien, si quieres aprender más de esto, eres bienvenido, yo quiero mandarte al cielo, y si de verdad te quieres convertir a la fe verdadera, te prometo que te llevaré por un camino fácil y sencillo, perfecto y justo. Porque la felicidad viene del mismo lugar de donde viene la justicia.

Capítulo I

La existencia del bien supremo, la creencia en la justicia, y la retribución final


1. Esto es simple de responder, si lo que tú me has dicho es verdad amigo mío, y de verdad tienes en ti el deseo de morir por una causa justa, entonces tu corazón te dice que la justicia es el valor más alto que puedes perseguir, y esto es la verdad.


2. Por consiguiente: crees en tu corazón que la justicia debe ser buscada y administrada. Necesita la justicia tener un origen eterno, tiene que haber existido desde siempre para que nos sea innato seguirla. Necesita ser inmutable(que no cambia), porque de no ser así, entonces todos harían su propia justicia que los beneficia solo a ellos, todos serían criminales, pero sabemos que no es el caso, la gente tiene una conciencia, y en las sociedades se tienen leyes. Pero no puede ni la conciencia ni la ley sostenerse por si sola, porque vemos que en efecto son siempre ignoradas y la maldad tiene éxito en multiplicarse. Debemos entonces declarar que la justicia no puede ser negada y que quien lo hace está haciendo mal. Y debe haber un castigo para todos los males, incluso los que se hacen en lo oculto, ya que ¿porqué debería de ser la justicia obedecida, si puede ser ignorada sin castigo? Debemos entonces declarar seguidamente que la justicia llegará sí o sí, que es inevitable, que no puede ser engañada, y que no puede ser ignorada para siempre. Pero, tenemos ejemplos muchos donde la gente muere sin ser castigada. Finalmente vemos entonces que para que la justicia sea obedecida, para que el bien triunfe y nuestro corazón pueda morir por una causa justa y verdadera, debemos admitir la existencia de un castigo después de la muerte.


3. Si tu corazón de verdad quiere morir por una causa justa, debes creer en un castigo después de la muerte. Sino, no habría razón real para ser justo, no habría valor alguno en la justicia (y ésto tu corazón sabe que no es el caso). Pero luego ¿Quién puede administrar justicia después de la muerte, sino solo un Dios todopoderoso? Dios es el único maestro de la justicia, y no puede jamás ser un humano llamado maestro de la justicia.


4. Piensa por ejemplo en un guerrero samurai, ellos juraban servir bajo un señor de la guerra porque querían seguir la justicia. Pero su señor de la guerra podía ser engañado y superado en una batalla, podían espías saber qué es lo que planeaba, podían malos consejeros mentirle para que hiciera el mal sin saberlo. Tal señor no es digno entonces de ser servido porque es capaz de hacer injusticia.


5. Entonces debemos declarar que nuestro Señor debe de ser omnipotente, para dar el castigo a todos y estar siempre arriba de todos los humanos, declaramos que debe ser inalcanzable porque si no un humano podría pretender cambiar su justicia. Debe de administrar solo la justicia, y de forma correcta e inerrable (que no se equivoca nunca), lo cual es solo posible si admitimos que debe ser omnipotente. Debe poder hacerlo todo. Un Señor con tales capacidades lo hacen más que digno de nuestra alabanza y nuestro amor. Si tienes de verdad amor por la justicia, lógicamente sigue que amas a éste Señor. Dime, ¿lo amas? Así como te lo he introducido es obvio que sí (si amas el bien).


6. Estas palabras son dulces, son bellas para el bueno, y el bueno las ama con todo su ser, y son amarguísimas para el malo, que detesta escucharlas y hace todo para intentar cancelarlas. Porque el bueno se regocija en el pensamiento de que todas las cosas serán retribuidas, de que el bien gana al final. Si tú por lo tanto no sientes alivio en poner tu fe en ésto, tengo malas noticias.


7. Y ésta es la fe católica. Porque dentro de nuestro credo (la declaración de nuestras creencias) tenemos impresas todas éstas cualidades de nuestro Señor. Y al final sostenemos la creencia que Dios juzgará y dará a cada cual lo que se merece. Dios, que odia a los malos, es entonces obvio que ama a los buenos. Tú por lo tanto debes de querer ser bueno y perfecto, así como tu Señor es perfecto.


Capítulo II

De porqué debes de buscar ser lo más perfecto que te es posible.


8. Si entonces Dios castiga a los malos, debe también ser justo y recompensar a los buenos. Pero entonces viene una de las más viejas preguntas: ¿si Dios es justicia, porqué le pasan cosas malas a la gente buena? Te daré la simple respuesta a ésto, pero debes de tener amor en tu corazón para que la aceptes, ya que sin amor a Dios, no obtenemos la justicia (ver punto 6).


9. Primero debes declarar lo dicho en el capítulo primero, que: para que la justicia sea perfecta debe serle posible que se administre incluso después de la muerte. Con esto en mente, ¿que se vuelve la vida sino la lucha diaria para demostrarte que eres digno de ser recompensado? Piensa bien y de forma lógica. Si hay cielo, entonces tus esfuerzos serán retribuidos y serás premiado, y si no hay cielo, aún así tú sabes que hiciste el bien, lo cual es incontrovertible(que no es capaz de ser una controversia; ver punto 1). El resultado neto es que el bien en el mundo incrementó gracias a ti. Esto es lo que decía en el prólogo, nuestras creencias afectan nuestras acciones.


10. Si ves a alguien que dice ser católico pero hace el mal, entonces no es católico sino un apostata(alguien que abandona la fe). Así mismo es imposible que alguien que de verdad niegue el cielo haga el bien, porque de ser genuina su negación no le importaría en lo absoluto hacer el mal. Por esto sé que una parte de ti clama y quiere que de verdad exista un cielo. Ten fe de que está ahí esperando que reclames el asiento con tu nombre.


11. Siguiendo: la vida no es para siempre, la vida es finita, nadie en el mundo vive para siempre, gracias a Dios ¿Porqué dar gracias por la muerte? Para responder eso quiero que leas lo que el poeta Dante Alighieri dice ser el lema que se encuentra en el portón en la entrada del infierno:

Por mí, se llega a la ciudad doliente.
Por mí se llega hasta el dolor postrero,
al rechinar, al llanto, al desespero.
Por mí, se va tras la perdida gente.

Justicia fue mi causa: justamente, Sumo Poder, Saber y Amor Primero me creó, cuando se hizo el traicionero, antes que el mundo: duro eternamente.

Albergo al que, maligno, se destruye en el odio y cifra su existencia en la envidia.
Sabed a dónde vais.
Albergo al miserable que rehúye al Bien, a la Verdad y a la Clemencia.
Dejad toda esperanza los que entráis.

11. “Justicia fue mi causa, justamente me crearon”. El infierno es la justicia suprema de Dios para los hombres, si creemos en la justicia, debemos de creer que el infierno es un lugar real al cual serás mandado si no sigues a la justicia. Es un tormento tan terrible que incluso te daría lástima por tu peor enemigo, un fuego que a diferencia de nuestro fuego que nos sirve como herramienta, el fuego del infierno fue creado con el único propósito de torturar, y que nunca , nunca, se apaga. Entiende, que la basta mayoría de la humanidad de hecho va al infierno, “Porque angosta es la senda que lleva al cielo, pero ancho el camino que lleva al infierno y muchos son los que van tras de él”.


13. Dios es Dios de todos, pero Dios Padre es sólo de sus fieles, de los que buscan la santidad. Porque un solo pecado es suficiente para condenarte eternamente, cualquiera que sea tu transgresión, en proporción a ella serás castigado, y “dura eternamente”. Y el dolor nunca dejará de sentirse menos doloroso, aunque pasen miles de años seguirá sintiéndose tan doloroso como lo hizo en el primer segundo. Hay, en efecto, niños que pecaron una sola vez y ya se les cerró el cielo, porque sería injusto que un pecador entre al cielo, ¿o no?(ésto será retomado más adelante). Y tú, que eres menos puro que un infante, ¿no mereces tú que la justicia del Señor caiga sobre ti por muchas más razones? Y si dices que no has pecado, mientes, porque al decir eso te estas poniendo en nivel de la justicia inalcanzable (punto 5), lo cual ningún humano puede hacer (punto 4).


14. Si durante la noche te molesta el ruido de afuera, imagina gritos como jamás los escuchaste, en tus oídos constantemente y sin nunca parar, nunca paran, nunca dejan de gritar, de aquí a mil, dos mil, tres millones, cuatro billones, de años, de siglos, de milenos, de eones, nunca paran y nunca lo harán, no importa cuánto supliquen a Dios y cuánto se arrepienten, ya es tarde; la justicia los puso ahí, la justicia no los sacará jamás, porque cuando transgredes contra la justicia estás transgrediendo en contra de un principio fundamental del universo, creado antes de todas las cosas (ver punto 2): por darle ofensa a aquello que es eterno, debe tu castigo ser también eterno.


15. Para que la justicia sea perfecta, debe el Señor saber todo lo que has hecho para poder ser un juez justo, todo lo que escondes a cualquier otro humano no puede ser escondido a Él, que todo lo sabe. Ya que es eterno, estuvo presente en todos los acontecimientos de la historia de la humanidad, debe de saber la respuesta a toda pregunta, a toda posible duda, y por lo tanto lo que Él diga es el veredicto final, se queda y no puede jamás ser debatido, porque la justicia no es flexible, y el que lo sabe todo no puede equivocarse jamás, su justicia es siempre correcta(retomado en el punto 19).


16. Y debido a que te conoce desde antes de que nacieras está claro que Dios no quiere que tú seas incluido entre los condenados. Porque sería injusto condenar a todos por el más minúsculo pecado, debemos declarar que es misericordioso y permite que la gente tibia se arrepienta y sufra la retribución en vida para no sufrirla eternamente. Por eso te pide que seas un Santo. Porque en el cielo solo deben de ir los perfectos ¿cómo vas tu a pertenecer ahí, si no tuvieras ni la intención de mejorarte en tus carencias? Recuerdo habértelo mencionado.


17. Retomando lo anterior, de que un sólo pecado es suficiente para condenar eternamente, debemos distinguir entre dos tipos de pecado, sino no sería justo agrupar todos en el mismo saco. Estarían los pecados veniales, que son trivialidades que no dejan de estar mal solo por ser pequeños, y luego están los pecados mortales, los que sí o sí te mandan al infierno. Declaramos que si tienes la intención y haces actos que busquen reparar tus daños de forma proporcional a lo que el pecado fue, entonces debes por justicia haber escapado de tu condena eterna. Es necesario tener la intención de reparar tu daño, no cuenta forzar.


18. Y entonces, ¿qué pasaría si alguien con las intenciones genuinas de hacer reparación por sus daños, muere? Pues declaramos que debe haber un lugar que no es ni cielo ni tampoco infierno, sino debe de servir para que ellos que pueden hacer reparación pero no pudieron en vida. Pero ya que anteriormente declaramos que en la vida se puede escapar de una condena eterna, sería injusto que en la muerte sea lo mismo posible, la gente esperaría hasta la muerte para cambiar y eso está claramente mal, ¿o no Damian? Debemos declarar entonces, que a tal lugar donde se puede hacer reparación por las transgresiones, tiene que ser más difícil limpiar el pecado comparado con la vida. Y esto le llamamos purgatorio, donde se purgan las almas. Pero es obvio entonces que si alguien muere en pecado mortal, aunque estuviera arrepentido, éste no debería poder ir al purgatorio, sino al infierno.


19. Retomando el 15to punto, y finalmente respondiéndote la pregunta inicial, “porqué las cosas malas le pasan a la gente buena” de forma más satisfactoria: Dios, que es perfecto y lo sabe todo, sabe lo que los hombres no pueden, y debido a su omnipotencia y justicia, claramente quiere Él dirigir todos los actos a una conclusión buena. Si entonces Dios deja que lo malo ocurra a los buenos, es para el beneficio del justo. ¿Cómo es eso? Pues simple, así como el fuego derrite el oro, separándole de las inmundicias, así los justos son probados por el sufrimiento terrenal. Ya que Dios sabe más y siempre sabrá más que cualquier humano, es obvio que: si Dios, la justicia misma, decide que aquel hombre justo merece sufrir, eso es justo. Ya sea porque le enseñará una lección al justo, o será por un designio que sólo Él puede ver y que debe permanecer oculto para que las cosas procedan de la forma en que les son más óptimas. Porque creemos que la justicia gana, debemos creer que es capaz de dirigir las cosas a una feliz conclusión, ya sea en esta vida o en la próxima, por lo tanto el sufrimiento finito no se comparará a la felicidad infinita(una razón más para creer en la eternidad del alma). Hay que sufrir, porque si la lucha es chica, también la recompensa será chica.


20. Finalmente, declaramos que debes buscar la perfección, tanto como eres capaz de seguirla; tanto como eres libre de elegir perfeccionarte. Por lo dicho en los puntos 13ro 15to y 16to tomamos como resolución que no buscar la santidad y la perfección es simplemente indigno de cualquiera que quiera ser llamado amante de la justicia. Si medimos con tanta precisión los actos ajenos, debemos de aplicar esa misma regla a nosotros mismos. Para querer la justicia hay que abandonar el mundo.


Capítulo III.

La necesidad y dependencia de la religión


21. ¿Qué separa al hombre del bruto, según tú, Damian? Para mi, y para el verdadero católico, es la religión el filtro final, el proceso de selección que elije solo a los justos. Te explico pues, ninguna criatura de la tierra es como el hombre, ningún animal mira al cielo de la misma forma que el hombre, no hay animal que trille el trigo como necesita hacerlo el humano. Saben los insectos, las hormigas y abejas guardar comida para el invierno, pero no puede el hombre hacer lo mismo de forma justa. Y es que el hombre está naturalmente inclinado por el mal, naturalmente actuará por su propio beneficio si sabe que no será pillado, no repartirá de forma justa. Esta inclinación por la injusticia la llamamos concupiscencia. Es entonces obligatorio empujar cualquiera tentación o instinto de idiotez afuera todo el tiempo, porque están como leones salvajes, buscándose una presa fácil. Por lo tanto, ¿qué nos hace una presa difícil? La respuesta es la religión, y la verdadera fe en esta. Ningún animal necesita fe para defenderse de su depredador natural, los humanos sí.


22. Lo que demostramos en el primer capítulo nos da como resultado, que si queremos seguir con más fervor la justicia nos es necesario Dios, tal como creemos los cristianos. El significado de la palabra religión es religar, porque vuelve a unir al hombre con Dios. Cuando admitimos que tenemos inteligencia, y que es distinta a cualquier otro animal, reconocemos que debe haber una inteligencia superior, toda mente humana llega a Dios como su conclusión. Pero nosotros como dijimos en previos puntos, podemos hacer injusticia, algo que Dios no puede hacer. Por lo tanto aunque seamos similares a Dios, estamos infinitamente separados por esa misma concupiscencia. Entonces si aceptamos negar para siempre el mal es obvio que es necesario aceptar una cosa: nuestra incapacidad para hacer el bien de forma satisfactoria.


23. Nuestra infinita brecha entre la perfección de Dios y nuestro estado bruto se puede sanjar sólo desde el lado de Dios. No podemos jamás cruzar nosotros esta brecha porque definimos que Dios es inalcanzable. Y ya que Dios es omnipotente Él sí puede venir a nosotros. Pero si recordamos pues que Él es justicia pura, no vendrá a todos, sino sólo a los que se lo merecen. Pero su misericordia llama que todos tengan la oportunidad de enmendarse. “Muchos son llamados, pero pocos son elegidos” y es pues que el hombre es libre de ignorar la justicia, es libre de ignorar a Dios. Y sí prefiere sembrar la injusticia, cosechará su alma la tortura eterna.


24. ¿Y qué hay de los que nunca conocieron a Dios? Te aseguro, que las tríbus pachamamistas o los pueblos sin contacto de Papua o de Amazonia simplemente no merecen la Verdad. Sería como dar comida solida a un infante, no puede masticarla y solo haría un desastre y sería un desperdicio.


Capítulo IV.

Cómo la fe católica es la única puerta de entrada y la única religión verdadera


25. Muy bien Damian, si llegaste tan lejos (o si simplemente saltaste directo aquí) toca ahora informarte de la verdadera fe. Pues sí, no existe salvación fuera de la iglesia católica, esto es un dogma, una verdad de la fe la cual es correcta por revelación divina. Y es que, como te conté, tenemos evidencia de los contactos que la humanidad a tenido con Dios, y la última más importante fue justo antes de la segunda guerra mundial (la razón de esa revelación es demasiado perturbadora, ver prólogo párrafo 4). Dios como te lo he ido explicando es real, ya que no es sólo correcto creer en Dios porque los resultados que nos da la creencia son buenos, si no que es correcto porque es la verdad. Y pues éste Dios es el Dios único del Cristianismo.


26. Debemos creer firmemente el anterior punto, porque todo lo que mencionamos en el capítulo II aplica sólo si creemos con verdadera fe. Y solo podemos creer si tenemos amor, pues es el amor a la justicia lo que nos llevó hasta acá. Tiene que ser el amor del hombre a Dios como el amor de un niño a su padre, y tiene uno que temer a Dios así como un niño tiene miedo de faltar el respeto a su padre. Si tú no crees que tu padre está en casa, te comportarías distinto a como lo harías si pensaras que sí está(de nuevo el tema del prólogo), aunque pretendas entre tus hermanos que piensas está ahí.


27. Debe haber creencia verdadera en la existencia de una inteligencia superior para que la sociedad creyente funcione de forma correcta (como se puede ver en el 10mo punto). Si alguien dice que trabaja pero simplemente está jugando, pretendiendo que lo que hace sirve cuando realmente no es el caso, entonces obviamente ese trabajador es sólo un vago y patético individuo que no merece respeto. Si meramente juegas y pretendes que sigues a la justicia no recibirás nunca nada, ni una sola bendición, ni la más mínima gracia se te va a conceder. Por esto recuerda: todo lo bueno es de Dios, todo lo malo del hombre, todo lo bueno que te ha pasado fue Dios, todo lo malo que te ha pasado fuiste tú y/o el hombre, todo lo bueno que hiciste fue la inspiración de Dios y todo lo malo que hiciste fuiste tú. Porque definimos que sólo el hombre es capaz de concupiscencia, sólo él es capaz de hacer el mal.


28. Y es que existe el mundo preternatural, que no es paranormal, ya que el mundo puramente de espíritu está por así decirlo en una dimensión separada, el mundo preternatural está en medio del nuestro mundo normal y esa dimensión invisible. Ahí están en efecto todas las cosas inexplicables por nuestro actual entendimiento del universo, ya que la materia del mundo preternatural interactúa de forma que no puede ser analizada científicamente. Y, porqué son invisibles tales cosas es simple, creo haberte mencionado que si tus ojos vieran a los demonios te volverías genuinamente loco, perderías completamente la cordura, y exactamente lo opuesto ocurriría si vieras a los ángeles, tu corazón explotaría, no por nada avisan diciendo “no tengas miedo”. La iglesia realmente ha negado muchas veces que los brujos existen para que los retrasados mentales no lo intenten por curiosidad. Pero sí, en efecto algunos son reales, y están condenados al infierno de los infiernos, llamado el gehenna. Estos no tienen perdón de Dios, porque es imposible perdonar a los que aún con evidencia de Dios transgredieron sus mandamientos.


29. Como te dije en los puntos 2 y 5 declaramos que Dios debe ser inmutable e inalcanzable para que su justicia sea perfecta. Seguidamente en el punto 25 dijimos que sabemos lo que sabemos de Dios porque Él mismo nos lo ha revelado. Entonces estos dogmas, estás verdades enseñadas y pasadas de generación en generación no pueden cambiar por venir de la fuente de perfección. Entonces queda claro que cualquiera que diga ser cristiano pero elija no creer en los dogmas está haciendo una falta contra la Verdad. Y de la palabra 'elegir' en griego, viene la palabra hereje. Si Dios nos ha dicho cómo son las cosas, ningún derecho tiene nadie, ni siquiera el vicario de Dios en la tierra, el Papa, tiene derecho alguno a cambiarlo.


Capítulo V.

De porqué es crucial mantener y luchar por ésta fe, la verdad absoluta


30. Nos es necesario combatir entonces las herejías, porque mientras un homicida mata el cuerpo, un hereje mata el alma de quien engaña. Cuando la victima de un homicida fuese inocente, la victima del hereje es condenada junto con su agresor. Al hereje le incomodan ciertas verdades, porque como dijimos en el punto 6, ellos no son de Dios, por lo tanto la palabra de Dios les es amarga.


31. Si creemos lo que profesamos, entonces tendríamos miedo a Dios solamente, no a lo que piensen los humanos. En el inicio del cristianismo la gente estaba mucho más dispuesta a morir por su fe, porque obvio, qué importa lo que me hagan cuando ya sé lo que pasa cuando morimos.


32. Y es el miedo a Dios algo bellísimo. Porque cuando entiendes que ésta inteligencia omnipotente que puede borrarte de la existencia con un solo pensamiento, decide no hacerlo para que vengas a sentarte a Su lado para disfrutar de una alegría eterna, es obvio, que todo el posible terror cósmico sea transformado en amor infinito. Gozo y felicidad verdadera se te dan, cuando ves que eres amigo del más poderoso y que siempre será poderoso, y que incluso te permite llamarlo 'Padre nuestro'. Por eso hay que temer a Dios de la forma que dijimos en el punto 26.


33. Siguiendo con el punto previo, cuando tenemos seguridad en nuestra muerte, y el recuerdo constante de la justicia absoluta en mente, no podremos caer en tentación porque no seremos presa fácil (punto 21). “Recuerda tu final y nunca pecarás”, a ésto se le llama 'memento mori' que es 'recuerdo de la muerte'. Ten en tu corazón ésto como una cama, acuéstate en el pensamiento de que el dolor es finito (punto 11) de que se le acaba no solo a ti sino a toda la humanidad. La justicia divina se hará.


34. Y es por eso que necesitas la virtud de la esperanza, así como varias otras(detalles en el capítulo VI). Necesitas sostener la esperanza, porque si caes en la desesperación, entonces tu espíritu de justicia se pone manso y tu caridad con otros se enfría, con ello dejas de hacer la justicia y te deja a ti como un inútil en el mundo, parado sin razón como un gil. Y no puedes tener esperanza de que el bien gana, si no tienes fe en aquella suprema inteligencia que es la única que puede hacer el bien siempre. Y no puedes tener fe si no tienes amor a la justicia y la verdad.


35. Lo único que vale la pena proteger, es aquello que es innegable, aquello que no puede jamás equivocarse, como dijimos en los puntos 4 y 5 así debe ser Nuestro Señor. Y te diré que éste Señor vino a nosotros, y vivió para expresarnos un resumen en dos frases de toda la Sagrada Escritura, si necesitas quedarte con una cosa que sean los siguientes dos mandamientos: ama a Dios por sobre todas las cosas, por sobre todos los demás, y segundo ama al prójimo como Dios te ha amado.


36. Porque si alguien quiere ser maestro debe de enseñar con su ejemplo. Y mi maestro Jesús me enseñó que entre más santo es uno, más te va a odiar el mundo, porque si traes luz a los que andan en oscuridad los que se regocijan de las tinieblas te van a odiar, y como estamos en el reino donde la injusticia sobra, es obvio que sufrirás a manos suyas.


37. Eres libre de seguir como eres, ya que no es fácil tomar la cruz, no es fácil ser un faro de luz y esperanza en un mundo de maldad e iniquidad. Pero aunque éste tesoro parezca más pesado que el plomo y filoso como clavos, si empiezas a moverlo veras que se va aliviando y haciéndose tan ameno como un relleno emplumado. Después serán las cosas terrenas las que te parecerán amargas.




Capítulo VI Concejos generales para sobrellevar la vida moderna.


38. A modo de resumen de todo el libro te daré consejos que son siempre buenos, ya que no sé la calidad de tus problemas en específico. Partiré por darte las 7 grandes virtudes que deberías perseguir, que son: Justicia, Temperancia, Fortaleza, Prudencia. Seguidamente: Caridad, Esperanza, y Fe. Las cuatro primeras las puede obtener cualquiera, pero las últimas tres sólo las consigue el cristiano verdadero. En cierto sentido ya hemos hablado de todas éstas virtudes, así que listaremos detalles que no hallamos mencionado antes.


39. Partiendo por la justicia. Sabemos que debe estar en el corazón de forma natural, pero que puede ser fácilmente ignorada en favor de la injusticia que beneficia al malo. La justicia verdadera entonces es seguir lo correcto aunque nadie te vea, aunque no se te de recompensa, porque es intrínsecamente correcta; aunque te paguen tu bien con mal, tú sigue pagando al mal con bien, y estarás haciendo justicia, que no va según tu propia definición sino según una definición eterna que siempre es igual y siempre está en lo correcto.


40. Siguiendo con lo último, no hay que empacharse de lo que tú creas es justo, por lo tanto es necesaria la templanza, que significa un par de cosas, por un lado significa abstinencia, por otro moderación y paciencia. Para que tu conciencia no sea torcida ni siquiera de forma subconsciente, hay que practicar la renuncia a la propia voluntad. “El hombre que desea la templanza desea los placeres en orden a su salud y bienestar” porque “si no eres contentado con poco nunca serás feliz” recuerdo haberte dicho esto último. Practica renunciar a la voluntad propia, la voluntad de la carne, “el espíritu es fuerte pero la carne es débil”. Toma sólo lo que te es necesario, nunca ni un gramo más de lo justo y necesario. Practica el ayuno, y no le digas a nadie. Abstente mínimo una vez de hacer lo que te guste, para demostrarte que tienes control sobre tus deseos. No tienes control sobre el mundo pero sí sobre tu destino, elije ser manso. “Recuerda tu final y nunca pecaras” recuerda lo que fuiste, semilla pútrida, lo que eres, vaso de estiércol, lo que serás, cebo de gusanos, recuerda esto y la paciencia vendrá sobre ti como gotas de lluvia.


41. De la fortaleza: si lo último te aterra, ten ésta virtud, porque así como tus brazos son gruesos y cuando los estiras no hay quien los doble, y cuando los doblas no hay quien los estire, así mismo tiene que ser tu espíritu. No debes permitir que las cosas del mundo, que son temporales, afecten tu destino y perseverancia, no dejes que estiren tu brazo ni lo dobleguen. Mantente firme, demuestra que no existe cosa en el mundo que te pueda perturbar. Piensa en los mártires, los que dieron su vida por su testimonio de la Verdad, a ellos no les importaba ser culpados de cualquier cosa mala que pasaba, no se inmutaban por sufrir torturas inhumanas y pasar cualquier umbral del dolor, porque ellos sabían que la verdad era otra, y la verdad durará aunque la raza humana la olvide. Recuerda que los demás son prisioneros de la injusticia, y hacen sus obras para recibir ellos el beneficio temporal que quieran, pero el pago a cambio de eso es una eternidad de tortura. Ten fe como te dije, y con tu aguante estarás haciendo que ellos que te atacan cada vez se vallan lanzando más y más a la perdición eterna. Mientras tanto, si tú eres entonces inocente serás llenado de bienes.


42. Ahora pues, debes de usar la prudencia para manejar éstas tres anteriores. Es la más crucial de estás primeras cuatro virtudes, ya que el mundo es dinámico y mutable, debes poder saber cuándo ser paciente, cuándo ser agresivo, cuándo atacar, cuándo defender, cuándo hablar, y cuándo callar. Para esto te recomiendo que contemples éste libro y medites sus palabras, y puedas analizar dónde en tu vida puedas empezar a aplicarlas con las virtudes. Para desarrollar ésta virtud debes de buscarla activamente, más que las demás. Aplica todo lo que te he hablado en retrospectiva a tu pasado, usa tus viviendas e historias que has vivido y aplica a ellas la doctrina del cristiano justo, que te he pasado en los previos capítulos.


43. Ahora, las siguientes tres solo sirven para el cristiano justo, para tal las cuatro virtudes anteriores se hacen más fáciles de llevar. Porque la palabra de Dios es una carga ligera y suave. La más sencilla para empezar es la virtud de caridad, que es la limosna, la misericordia. No es limosna solamente dar al pobre la comida para el cuerpo, sino también dar comida para el alma, yo ahora mismo te estoy dando ésta comida, para mi ésto es un oro que me ha tomado tiempo encontrar y purificar, si no fuera caritativo lo guardaría sólo para mí. Pero no aprovecharía yo nada si hiciera tal, tú por lo tanto debes también con tus virtudes o con cualquier recurso que tengas ayudar al hermano en Cristo. Porque todo lo que tenemos se queda acá cuando morimos, 'memento mori'. Lleva en mente tu testamento, si mueres hoy ¿a quién le dejarías tus cosas? Y después ellos a quiénes se lo dejasen también morirán, y así por siempre, ¿cuál es la certeza de que tus cosas, que tu conocimiento y esfuerzo durará más allá de un siglo tras tu muerte? Ninguna. Y claro, solo por ésto no hay por que abandonarlo todo, porque “todas las cosas fueron hechas para el provecho del hombre” la justicia eterna nos dice que ocupemos las cosas de la forma que nos dijo tenemos que ocuparlas. sin obsesiones, ni pretensiones. Y recuerda, no puedes dar lo que no tienes.


44. La esperanza es, en una frase, la creencia de que te has ganado el cielo. Y nunca puede ser esto una certeza, sólo puedes tener fe. Ni siquiera los más santos hombres y mujeres decían que tenían el cielo asegurado. Piénsalo así, imagina un edificio antiguo, que necesita ladrillos, algunos ladrillos están listos para ser usados, otros necesitan un poco de trabajo para estar terminados, y otros están completamente arruinados y serán desechados. Los ladrillos son los fieles, y el edificio es el cielo. Para tener esperanza de que serás añadido al cielo, tienes que estar constantemente trabajando ese ladrillo, viendo que no tiene grietas, que está liso y parejo en todas sus caras. Pero si crees que ya está listo te equivocas, porque sólo estará listo cuando se añada al edificio. Tienes que tener perseverancia final, tienes que aguantar esforzándote que ese ladrillo llegue sano y salvo a la construcción; No hay nada tan difícil que no se vuelva fácil por la perseverancia firme e inteligente.


45. Fe es simplemente, “la sustancia de las cosas que esperamos, y es la evidencia de cosas no vistas”. Sin fe nada de lo que te he contado puede levantarse, no podemos edificarte como un templo del Dios único y perfecto, no podemos servir a la justicia, no sin fe. Y si intentas armarte con todo lo que te he dicho en este libro, sin fe se te desmoronará, porque le faltará el pilar central que soporta todo el peso. Entre más grande la fe, más grande el pilar, y más alto puede llegar el resto de virtudes y enseñanzas. Más fe nos da más espacio para respirar, nos da un refugio más grande. Y solo vasta un poco, si tuvieras un poquito de fe, aunque sea del tamaño de una pepa de uva, va a crecer, va a darte espacio para cumplir incluso más de lo que te he enseñado en éste libro.


Capítulo VII Concejos para ser feliz


46. Te mencioné que si no te conformas con poco, nunca serías feliz, y te lo repito aquí. Necesitas estar siempre humillado ante Dios. Porque: uno se humilla cuando está en presencia de aquel que es más grande que sí mismo, estar así siempre entonces significa que reconoces la omnipresencia de Dios en todo momento.


47. Deberías olvidar cualquiera que sea tu infelicidad actual, recuerda, que no importa el tiempo que sufras, frente a la eternidad del cielo te parecerá como apenas un segundo. Y es que ésta vida es como un sueño, del que despertamos, y ya más nunca nos volvemos a acordar de él. Enumera en tu cabeza las cosas perfectas que quisieras, e imagina que estarán al final esperándote. Recordando siempre que Dios solo da pan a los que piden pan, si no le pides por aquello que te alimenta, entonces no se te va a dar nada. Si pensás en algo que sientes Dios no te va a cumplir, analiza porqué es eso.


48. Busca ser tan virtuoso como eres capaz de llegar, así tal cual entrenas el cuerpo empujándolo para ver sus límites. Entonces, si quieres mejorar, toca tener que empujarte más allá cada día.


49. Recuerda buscar amistades que te ayuden a alcanzar todas las virtudes de las que te he hablado. Se tú amigo de los Santos en el cielo; deberías de tener por amigo al Altísimo mismo, ya que eres libre de llamarlo tu amigo, pero para que Él te llame a ti de la misma forma te toca buscar Su perfección. Un buen amigo será aquél que no se incomode por las palabras de éste libro, sino que le interese mejorarse a sí mismo también; no es bello estar siempre solo, y te será más dulce partir acompañado en la travesía de tu vida. Ir por la vida sin sabiduría es como ir por el mar sin brújula, e ir sin compañeros sólo te dejaría en la tristeza y la desesperación, y ya dijimos que eso no es bueno.


50. Hay momentos para la soledad, y hay momentos para la compañía, busca tú cuando puedas el silencio, y si no puedes estar en silencio será porque ahí las punzadas del arrepentimiento te son más agudas. Por eso muchos rehúyen de la soledad y la contemplación, sólo quieren hablar nimiedades, vanidades sin utilidad, cuando están solos están callados pero entra uno y empiezan a balbucear buscando que les hagas conversa. Solo pueden dormir en el ruido, solo pueden vivir en el ruido. Y el ruido no es parte de uno, es una consecuencia del tipo de lugar que vivimos, las ciudades son ruidosas física y espiritualmente, ¿de quién no es el sueño, el tener una casa en el campo? Lejos de la urbe. Pero pocos quieren ir al campo para estar más cerca de Dios; por cierto, que aunque te congregues con gente que busca también la santidad, seguirá siendo mejor la soledad, porque ésta es la sociedad de Dios, y siempre será mejor la sociedad de Dios que la de los hombres.


Epílogo


Y bueno, esto es lo máximo que he podido condensar todo lo que quería decirte, espero que te sea útil, escribí este pequeño libro pensando en que lo podías llevar siempre contigo, para refrescarte la memoria en los temas que te interesen. También deberías tener tú la práctica de escribir tus pensamientos, y luego volver a ellos para ver lo que piensas. Recomendaría que leyeses la biblia, aunque es tal vez el escrito más complejo que existe, dentro tiene libros que son fáciles y siempre son aplicables, como el Libro de Proverbios, el Libro de la Sabiduría, El Eclesiastés, y el Eclesiástico(también llamado la Sirácida), e historias como las de Tobías, y la de Job. Recomendaría también leer El Pastor de Hermas y los poemas de San Efrén de Siria. Todo esto lo escribí en poco tiempo, y son pocas páginas, pero te prometo que se puede leer y releer tanto que será como si tuviera muchas más páginas. Y no sería un libro teológico sin una oración, aquí te dejó ésta que compuse pensando en ti:


Dios, enseña mis manos a batalla, mis dedos a guerra. El hombre a vanidad se ha asemejado; y sus días cual sombra pasan. Pero Tú eres mi Misericordia y Refugio, mi Acogedor y Libertador, eres mi Escudo; hazme digno de pelear por Tu Nombre. Cada día buscaré el bien y la justicia, para vivir, cada día odiaré a los que te aborrecen, lucharé contra tus enemigos y no descansaré hasta derrotarlos, para que Tú, Señor de los Ejércitos, te apiades de mi.


Señor, conoces todos mis pensamientos, y nada se te escapa. De todo camino malo retraeré mis pies, para guardar Tus palabras; he odiado todo camino de iniquidad; pues Tú justicia es mi ley. Siervo tuyo soy yo: instrúyeme, y conoceré tus testimonios. Por la dulce compañía de San Miguel arcángel, no me abandones, ni en el sueño ni despierto.


Dios prepárame para la guerra; dale fuerza a mis brazos para lanzar dardos poderosos. Dios mío, dame fuerzas en la batalla; haz que aquellos que me persiguen se rindan ante mí. Ayúdame a derrotar a mis enemigos y a derribar a los que me odian. Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos; siempre guíame en el camino eterno. He hecho Tu juicio y justicia: no me entregues a los que me agravian. Amén (así sea).


Dila en tu mente antes de dormir, y dormirás mejor; reza uno de éstos párrafos cuando lo necesites.


Si algún día tienes alguna duda, de lo que sea, o si sólo quieres la opinión de alguien como yo, estoy disponible todos los días, todo el tiempo, y sabes dónde encontrarme, y disculpa que mis sermones sean tan largos. Finalmente, Damián, si quieres que te escriba de nuevo pero esta vez de otros temas que te interesen, eres libre de pedírmelo. También eres libre de compartir éste manual con quien tú quieras.


Ya terminando nuestro folio, rezo yo está oración pensando en ti:


El Señor dirigirá los pasos de sus santos; mas los sucios serán por Él reducidos a silencio en medio de las tinieblas.

Mejor es el varón sufrido que el valiente; y quien domina sus pasiones,

que un conquistador de ciudades.


El sufrimiento y el trabajo es inevitable, por lo tanto, debes buscar aquello por lo que valga la pena sufrir. Esto es: el bien, la justicia, y la verdad. Que tienen un solo origen, que llamamos Jesús, el Cristo. El Santo que fue crucificado, mi Dios, Él sufrió como humano, Él es como yo, yo también puedo sufrir y está bien entonces sentir dolor. Mantengo el recuerdo de su Pasión en mi mano todo el tiempo, mantengo la pureza de corazón, y el recuerdo de mi pequeñez siempre en todo momento. Mis actos los hago todos siempre en el amor de Dios, y para expandir la Gloria del Reino de los Cielos.


Porque cuando una persona se propone hacer algo bueno y, antes de hacerlo, considera para sí y cuidadosamente le da vuelta en su mente sobre qué gloria saldrá de hacerlo para Dios, qué beneficio para su prójimo, qué ventajas para su alma y no lo quiere hacer a menos que lo juzgue que le será de alguna utilidad divina en su trabajo, entonces ese trabajo propuesto saldrá bien o será, por decirlo así, bien dirigido.


Cualquier bien que haga una persona no debe hacerse por el bien de la reputación y alabanza humanas sino por amor a Dios y por el bien de la recompensa eterna. Y aunque Dios puede hacer todo, la cooperación personal de un hombre es también necesaria si pretende evitar el pecado y ganarse el amor de Dios.


El tiempo es corto. Es sólo un momento. Pero el castigo del infierno es eterno y la Gloria de los santos es eterna. Entonces, para alcanzar la vida verdadera, no te preocupes por llevar una carga pesada y difícil, porque Dios es tan justo como lo es amable.


Ésto es el resumen de todo mi diálogo, actúa tú también así y estarás bien encaminado. Te conducirás a trabajo físico, a despreciar al mundo, a un poco de dolor, y a un consuelo eterno.


Pongo esta última breve oración para el que lea éste texto:


Si lo que que he escrito fuere deficiente, que por obra del Santo Espíritu se le guie al lector, y le instruya en el entendimiento del mismo.

Que todo ésto suceda por intercesión de la Santísima Virgen María, y de toda la corte celestial.

Amén.


 

Adenda: De la Jurídica Celestial

Esta parte es mucho más avanzada, leer sólo si estás avanzado en todo lo anterior.

  1. Dos palabras son lo que nos llevó a todo lo previo, y son: “justicia, vencerá” ésto es el núcleo de todo este libro. Porque decimos esta declaración y la mantenemos, es que pudimos armar todo lo anterior, y llegar a la conclusión de que la fe católica es cierta. Añado este pequeño apéndice para que puedas entonces comprender qué exactamente es la fe católica, de forma más precisa.

  2. Partimos por declarar que el estado del hombre es uno caído, uno lleno de injusticia la cual debe su existencia al hombre, porque de él nació. Ya que fijamos entonces el origen de la injusticia debemos también declarar un origen para el estado caído de la humanidad y para el genero humano en sí. Sólo Dios es capaz de justicia, y sólo el hombre es capaz de injusticia, entonces la naturaleza tiene que ser necesariamente la creación de Dios porque ésta no es como el hombre en éste aspecto. Por eso decimos que la sabiduría de Dios es el sello con el que se marcó al universo, y es culpa de la humanidad cualquier error en él.

  3. Dios no es capaz de nada malo, entonces debe el hombre haber sido el creador del mal, y entonces debe haber lo que llamamos pecado original en cada hombre. Y porque admitimos la existencia del mundo preternatural entonces se admite la existencia del alma la cual es la parte eterna del hombre. Y Dios entonces en su justicia crea un contrato entre sí mismo y la humanidad, y debe de haberse hecho conocer a través de individuos calificados que rebosan de justicia y sólo tienen justicia en el corazón. Estas revelaciones son cada una un marco para la siguiente, y aquí usamos la declaración de la eternidad y antigüedad de la justicia como justificación.

  4. Es entonces el primero de estos profetas el primer hombre, que llamaremos Adán. Éste hombre recibe un pacto simple de obediencia, si se rompe el pacto se aplicarán castigos, entre ellos la muerte. Ocurre que Adán rompe el primer contrato, y ahora está en el estado caído, el resto de castigos incluyen el dolor en el parto para las mujeres, y la necesidad de trabajar la tierra para la manutención, tarea que se le añade la dificultad de cosechar, ya que la tierra se vuelve hostil. Aquí con los hijos de Adán es que nace la injusticia.

  5. Queda entonces, que como cristianos, declaramos que Dios mismo es el único maestro de la justicia, y por lo tanto para rehacer el trato original, donde no existía el mal, tiene que ser Dios mismo quien escriba el pacto, pero al mismo tiempo tiene que ser un hombre quien escriba el pacto, ya que antes y muchas veces Dios seguía dándoles leyes justas y aún así no pudo perseverar la ley, y era capaz de ser obviada. Pero tiene que ser Dios porque sólo Él es capaz de justicia. Entonces debe ser éste nuevo pacto uno escrito por aquél que es Dios y hombre, sin ser uno más que el otro, tiene que tener la misma humanidad con la que el primer pacto fue creado para que los involucrados sean idénticos a los originales, y también la divinidad innegable e inalcanzable de Dios para que sea un pacto perfecto y justo. Aunque parezca imposible, nada es imposible a Dios que todo lo puede.

  6. Esta persona es Jesucristo, que es igual a Dios en divinidad, subyugado en humanidad. Por consiguiente queda también declarar que Dios que es inalcanzable hace manifiesta su voluntad en su creación, y ésta tuvo que haber sido creada por algo que vino de Él, pero que no deja de ser Él, esto es el Espíritu Santo. El cual viene de Dios Creador, y como dijimos antes de Jesús, que es igual en Divinidad. Y no pueden ser tres dioses ni tres señores, porque comparten lo que dijimos es la característica única de perfecta justicia, deben ser un solo Señor, un solo Dios, una sola eternidad, y son una sola porque no existe diferencia alguna en su divinidad, es sólo cuando entra en contacto con su creación que ésta trinidad aparece, son entonces tres personas, un sólo Dios.

  7. Por revelación divina es que entendemos, que para re-obtener la justicia eterna nos toca firmar para la adopción como hijos de Dios, por Cristo el único capaz de hacer el trámite por nosotros, a ésto llamamos bautismo. Debemos entonces seguir con perseverancia final para que no quebremos el pacto como hizo Adán, y se renuncie a la herencia celestial.