domingo, 29 de enero de 2023

Diario 2

 Día quinto, mediodía.

Hoy comimos reineta, yo antes había desayunado un medio queque. Si por alguna razón en el seminario no puedo comer carne al menos tendré pescado. Eso es un gusto. 

Mientras iba a a comprar una coca me di cuenta de la paz que había, igual en la feria cuando compré el postre. Pues aunque el mundo se esté acabando, nadie puede saberlo, para que se cumpla lo dicho de que la gente estará haciendo las cosas tal cual fuera otro día común y corriente.


Pensé en cómo darles la información a mi familia, mi primo Alejo no le parecerá de seguro, él está muy metido en cosas eclesiales, teniendo una parroquia justo al lado, pero obviamente no sabe la verdad. Me pongo un poco triste pensando en cómo debería de informarles a todos. Pues el peor enemigo de un hombre serán de su propia familia.

¿Merecerán saber la verdad? Servirá o no, o debería o no decirles que lo escrito en el libro de las Revelaciones está cumpliéndose, no lo sé.

Como fuese, ayer en la noche recé el rosario de san Miguel, y me quedé en el balcón haciendo vigilia. 

Hoy avancé un poco en mi juego como un ajedrecista, no paso de los 200 ELO, pero es algo para mantenerme ocupado. Aunque siempre al final del día me pregunto para qué o por qué ocupar las cosas del mundo, claro que, Dios nos da el mundo para hacer un uso razonable de él. Mas todavía, no sé qué hacer con mi tiempo, espero que si me pongo a servir directamente a un vicario de Dios, pueda yo sentir algo, de felicidad quizá.

Y nada más, no tengo información nueva en respecto a nada. Hoy fue el primer Domingo de san José, y pues nada seguiré ésta devoción y después ya será hora de partir al seminario.

Les diré, que prefiero el anonimato, si como dije en esta otra entrada que hay que ser más agresivos, no quiero yo ser visto ni conocido, es uno de mis principios. Si la Virgen pidió ser incluida lo menos posible en el evangelio, creo que es laudable no querer figurar en vida pública más de lo necesario, pues el mundo es malvado y te podrían atacar más fácilmente si te haces visible. Aunque igual y estoy pecando de demasiado humilde, leeré las recomendación que hace el Papa san Gregorio Magno para gente como uno pues.