domingo, 28 de abril de 2024

Misterio de Inequidad.

El misterio de la inequidad del que el habla el Apóstol Pablo es visto con más claridad en el librito de san Juan, donde está inscrito en la frente de la gran forneguera de babilonia. Este misterio es nada más y nada menos que la prostitución espiritual de la que los profetas culpan a la Jerusalén temporal, y que ahora se repite en su antitypo la falsa iglesia conciliar. 

Poner la religión al servicio del estado, es poner el espíritu al orden de la carne, eso es inequidad. La esfera visible fue hecha para representar las cosas invisibles, el mundo no tiene derecho a manduquear al cielo; en las naciones paganas vemos como los deseos e ideas propias, más las opiniones, osease la triple concupiscencia, va acumulando error tras error. Ya que todos empezaron con el sacrificio noájida, mas luego éste misterio de inequidad fue sometiendo ese sacrificio a la concupiscencia de la carne, de los ojos, y a la soberbia del mundo. 

Como cité en la entrada "Los metales de la antigüedad", para que la religión se convierta en una herramienta política, mediante la cual se pueda adoptar cualquier metafísica y fundamento que se adapte a fines políticos, la fe en sí misma tiene que estar desprovista de sustancia real para que la sustancia se le sea impuesta. Y esto último es la razón por la que se asombra de asombro (ethaumasa) san Juan, este misterio de inequidad es el dueño de la religión adulterada, y no Dios. La perra responde a las necesidades del hombre, a los derechos del hombre, obviando a Dios cuando puede. 

Y luego queda decir creo, que los herejes son lo tal porque se hacen libres de elijir (hairetikós) lo que complace a esa fuente de todo pecado que está en cada hombre. Todo aquel que no obedece entonces la doctrina sana, la petrina, está por necesidad bebiendo del cáliz de la ramera de babilonia, aunque no esté bajo las alas conciliares. Todos los herejes beben y se embriagan con este vino drogado, ponen a Dios a su servicio, haciendo eiségesis propia de los arcanos de la fe para que les digan lo que quieren oír, que será lo que el anticristo hará por ellos mientras está haciéndose adorar en el Templo de Dios.

Luego también, todos los cismáticos beben el agua de absintio, que es potable mas es amarga y muchos son los que mueren por ella.